La excavación para convertir este antiguo almacén del histórico palacio en sala expositiva descubre la base de una torre almohade y numerosos restos de cerámica de interés científico.
El gran almacén bajo el palacio del Rey Don Pedro -también llamado Mudéjar- del Alcázar ya ha sido excavado por completo para convertirse en una gran sala de exposiciones en la que mostrar el rico patrimonio arqueológico del conjunto y ha deparado algunos descubrimientos. El equipo de arqueólogos que capitanea Miguel Ángel Tabales, catedrático de la Universidad de Sevilla, ha corroborado la existencia de la base de una de las torres de la antigua muralla almohade, sobre la que se asienta parte del palacio. También han aparecido numerosas piezas de azulejería que en su momento adornaron las estancias del palacio Mudéjar.
Durante el mes que aproximadamente ha durado la excavación, se han retirado gran cantidad de sedimentos hasta alcanzar la cota original del suelo, que se encontraba 70 centímetros por debajo de la existente. Este gran sótano bajo el palacio estaba cubierto de rellenos de anteriores restauraciones, lo que impedía que se pudiera contemplar en todo su esplendor su arquitectura mudéjar cuyas bóvedas recuerdan a algunas de las más bellas iglesias de Sevilla. Entre los restos que estaban depositados, se han encontrado importantes piezas: «había piezas antiguas de los alicatados procedentes del palacio de Pedro I junto con reproducciones de azulejería posterior. Hay restos de pintura del palacio que son originales y que imitan a los alicatados. Hoy ya no los vemos en el palacio. También hay restos de porcelana inglesa».
En la excavación han hallado también una de las torres de la muralla almohade, que se sabía ya que estaba tras los muros de esta sala, como se puede comprobar, además, gracias a un butrón en la pared. Los cimientos del palacio se apoyan encima de esta torre.
Fue en el siglo XVI, durante el reinado de Felipe II, cuando este sótano se divide en dos y se abren las escaleras a los jardines. «Entonces perdería su función de almacenamiento para incorporarse a los jardines». Durante el próximo año, el sótano, de 200 metros cuadrados, se convertirá en una gran sala de exposiciones que albergará las piezas arqueológicas que ayudarán a entender mejor la historia del monumento y que ahora se guardan en cajas. Fue la directora, Isabel Rodríguez, la que se decantó por este lugar: «En principio estaba previsto que se hiciera en la sala Cantarera del Palacio Gótico, pero esa sala tiene su propio atractivo en los paños de azulejos. Cuando me enseñaron este lugar pensé que era el más adecuado por su belleza. Además, la obra de acondicionamiento no era muy costosa y también recuperamos un lugar que hasta ahora era desconocido».
Una vez que el sótano ha recuperado el aspecto original de la época mudéjar se elaborará el proyecto arquitectónico, museográfico y museológico para transformarlo en esta gran sala de exposiciones destinada a acoger el vasto patrimonio arqueológico del monumento que se guarda en más de 400 cajas y que dará un contenido didáctico muy importante a la sala.
Fuente: Diario de Sevilla.