Se constituye en Sevilla 1917 a partir de la fábrica Mensaque Rodríguez y Medina, como sociedad tripartita entre Enrique Mensaque Béjar, Manuel Rodríguez Alonso y Tadeo Soler Navarro, con sede en calle San Jacinto, 93.
Anuncio en Revista La Pasión de 1917, donde se puede observar el edificio primitivo de la empresa,
anteriormente denominada Mensaque Rodríguez y Medina, en la calle San Jacinto 93, que continuó
como Exposición tras la construcción de las nuevas instalaciones de la fábrica en calle Evangelista.
En 1923 se empieza a construir nueva fábrica de grandes dimensiones, en la calle Evangelista 41 a 47, aunque conservó las primitivas oficinas de San Jacinto, 93. Su denominación en aquellos tiempos era Fábrica La Esperanza, Mensaque Rodríguez y Cía, de cerámica artística y materiales de construcción, presidiendo la fachada un gran retablo de la Esperanza de Triana, hoy desaparecido, al igual que uno interior de El Cachorro.
Nuevas instalaciones de la Fábrica construidas a partir de 1923 en la calle Evangelista.
Demolido a principios de los años setenta cuando la empresa se trasladó a Santiponce.
Los socios eran personas muy conocidas e influyentes de la época. Enrique Mensaque arrastraba la fama y el prestigio de su apellido (desapareció pronto, entre 1930‑1940), Manuel Rodríguez Alonso fue concejal del Ayuntamiento, a instancias, suyas fueron nombradas Santa Justa y Rufina como patronas de los artesanos del barro y, junto con Tadeo Soler, presidieron en los años veinte la Hermandad de las Tres Caídas y Nuestra Señora de la Esperanza. Tadeo Soler, casado con doña Loreto, era vecino del ceramista Manuel Vigil-Escalera y Díaz en la casa de la plaza del Altozano.
Vista aérea de la desaparecida Fábrica de Mensaque Rodríguez y Compañía, tomada en 1957. La fachada principal
se encontraba en la calle Evangelista y sus naves se extendían hasta el barrio Voluntad, en la fotografía en primer plano. Obsérvese la magnitud de las instalaciones, pues además de retablos cerámicos se elaboraban los famosísimos zócalos decorativos. El crecimiento demográfico de esta zona de Triana obligó al traslado de las instalaciones al extrarradio urbano.(Foto Serrano. Archivo ABC de Sevilla)
Repasando libros de cuentas de la firma, concretamente el de Diario número 3 de 1926, aparecen ventas al Comité de la Exposición Iberoamericana, y suministros a toda España y extranjero. Entre los clientes de Sevilla, aparecen José Laffite, Luis Gordillo Núñez, la Vda. de José Mensaque, Miguel García de Longoria, Manuel Montero Asquith y Casa González. Igualmente se recibían trabajos de modelado de Pedro Navia y Emilio García García (remates, etc). Los óxidos para hacer los colores se compraban a la firma Blythe Colour Works, además de los que traía Tadeo Soler de la Compañía de Minas «La Asturiana», con almacén en calle Santo Tomás, en la que ostentaba un cargo directivo. El material de dibujo lo suministraba A. Padura.
En el salón exposición de la fábrica, sus propietarios posan junto a personalidades de la época.
Década 1920. (Reproducida de original conservado en la empresa)
La fábrica de ladrillos ocupaba los números 41 al 45 de la calle Evangelista, y en el 47 la fábrica propiamente dicha de azulejos, con varias secciones, a saber: salón exposición, salón de pintores, salón de molinas (sótano), nave de azulejos primera y segunda (sótano), nave de la sierra, salón de embalaje, nave de las prensas, nave de los remates, patio y secaderos. En el salón exposición se podían observar bellísimas obras ejecutadas en la empresa, destacando los retratos de los Reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia realizados en 1924 por José Macías.
En la primera época, destacaremos a pintores como Antonio Morilla Galea y Manuel Romero Navarro (empezaron como aprendices), M.G. Cabrera, Francisco Morilla Serrano, Manuel Morilla, José Macías, José Pesquero, Corrales, y un largo etc.
Operarias de la fábrica, especializadas en la manufactura de los famosos
zócalos de azulejos de arista, posan en la puerta del establecimiento. Década 1920.
En 1952 aparece como Presidente de la Sociedad Manuel Rodríguez Alonso y como Secretario, José Moreno Felipe. Es en esta época cuando se empiezan a vender los terrenos traseros de la fábrica, conocidos como el corral de las moscas, propiedad de la firma, y que desde 1961 constituyen la zona de calles adyacentes a Virgen de Fátima, con los nombres de Enrique Mensaque, Teniente Rodríguez Carmona , Tadeo Soler y Manuel Rodríguez Alonso.
En 1972, ante las dificultades de mantener la fabricación dentro del núcleo urbano, se traslada la fábrica a Santiponce, Avda. de Extremadura, número 1, junto a la carretera nacional de Sevilla a Mérida, a una nave ya construida de una fábrica que fracasó, Industrias Azulejeras Sevillanas, S.A. No obstante, continuaron hasta 1975 liquidando restos de fabricación de azulejos y zócalos. Además mantuvieron un punto de exposición y venta en el barrio, en una tienda esquina de las calles Evangelista y López de Gomara (hoy una óptica) y muy poco después la trasladan a la calle Constancia, 38, cerrada a principios de 1993. En ella estaban colgados los retratos de los Reyes que pintara José Macías, así como numerosos cuadros con muestras de catálogos de zócalos antiguos. Hay dos cuadros con fotografías de Dubois en 1927, con escenas de la fábrica y sus propietarios, y se exponen además los libros de cuentas del primer cuarto de siglo.
Fotografías de dos de los socios propietarios, Manuel Rodríguez Alonso y Tadeo Soler Navarro, reproducidos en platos de cerámica pintados por José Macías y Macías. (Conservados en la sala exposición de la fábrica).
En estos años setenta y ochenta la fábrica se mantiene como Sociedad Anónima, gestionada por descendientes de Manuel Rodríguez Alonso (su nieto Francisco Manuel Rodríguez Espinosa) y Tadeo Soler (su yerno Julián Moreno Ortiz) fundamentalmente, y en los años noventa está administrada por Agustín Artillo Pabón, yerno de Fernando Guimerá Rodríguez, que antes de su fallecimiento se convirtió en accionista mayoritario junto con sus hijos Carmen y Fernando Guimerá Córdoba, los cuales fueron accionistas únicos desde 1995, tras el fallecimiento de su padre. Se da la circunstancia de que Carmen y Fernando son biznietos de Manuel Rodríguez Alonso.
La firma mantiene como producción más importante la dedicada a materiales y zócalos decorativos para la construcción, y al ceramista Antonio Hermosilla Caro para los azulejos religiosos y rótulos. En diciembre de 2006 cerró definitivamente sus puertas en las naves de Santiponce, perdiéndose una razón social de gran prestigio en el sector de la cerámica sevillana del siglo XX.